Miércoles

Nuevamente él. La oficina, el llamado, los papeles, el pasillo interminable, mis manos temblorosas. Me acomodo la pollera y respiro hondo. Qué bueno que viniste. Qué bueno que estás, pienso; pero sólo puedo insinuar una sonrisa. ¿Trajiste todo lo que te pedí?. Eso y más, pienso; pero sólo le acerco la carpeta. ¿Querés tomar algo?. A vos, pienso; pero sólo le acepto un café. Ayer se largó con todo, ¿no?. No entiendo, lo miro a los ojos con cara de no entiendo. Digo, que llovió mal. Ah, sí..., respondo, me mojé toda.

2 comentarios:

Unknown dijo...

una historia de vida y sanjuanina experiencia.

Anónimo dijo...

me encantó! (sweetheart)