Cuestión de piel

Estamos en un momento así. Vamos a comer y yo me pongo una camisa que deja entrever un corpiño rojo con encaje. Lo hago para que después te sea más fácil meter la mano sin sacarme el corpiño. Siempre estamos apurados, por eso ni siquiera nos acostamos.

Lo hacemos de parados, contra la pared o directamente en la mesada de la cocina. No hay tiempo que perder, no se puede, esperar para llegar al cuarto y después dormir abrazados.

A la ecuación de nuestra pareja le sacaron el cariño: no solo es sexo casual sino que nos vemos a horarios raros, hablamos solo vía mensajitos de texto y hay veces que ni siquiera bajamos del auto.

Sin embargo, Walter, sos la persona con la que más piel tengo y tuve en toda mi vida.

4 comentarios:

4cigarrasyunamantisreligiosa dijo...

Son unas porcinas, chicas.

Mai dijo...

Volviste con Walter?¿

Cielo Violeta. dijo...

Sí, sí! A veces pasa eso... y es muuuy raro cómo sin saber nada del otro, podés tener tan buen sexo!

Las Benjamin dijo...

Jan, bien que te gusta...

Agusita, digamos que sí, y que no.
Siempre hay un Walter dando vueltas.

Cielo violeta, ud. lo ha dicho. Pero no se confunda, es sólo una cuestión de piel; el recuerdo de un cuerpo. A veces lo que se extraña es sólo un pedazo de carne.